lunes, 10 de octubre de 2011

Desvelo

Después de mucho he vuelto a escribir. Sé que no es el momento adecuado, pero si no es ahora ¿entonces cuándo?
Muchas cosas en mí han sucedido, muchas cosas en mi cabeza, en mi cuerpo, en mi ser, han cambiado, muchas cosas que me hacen ser diferente al que hace unos meses escribió su última entrada, a ese que a ustedes se dirigía sin temor y que, sin duda, confianza les inspiraba.

En el trascurso de estos meses ha pasado mucho, pero lo más relevante –de lo que aquí decir puedo, claro- es que mi mamá estuvo para morirse, y quedó lamentablemente reducida a cama. No es novedad que ella siempre permanezca en la cama, pero me refiero a que no es lo mismo quedarse uno en un lugar porque le dio la gana, a quedarse en el mismo lugar porque le tocó.

Tras una lucha con la muerte de 2 meses, en la unidad de cuidados intensivos, mi madre al parecer poco a poco va saliendo hacia adelante. Pero, aproximadamente eso mismo lleva Rex atado a la cadena.

¿Qué hace un perro atado a una ventana todo el día, todos los días? Nada. -¿Sufre?- ¿Qué hace mi madre en una cama hospitalaria en una habitación de nuestra casa esperando que nosotros le hagamos lo que ella nos pide con desespero? ¿Nada? -Sufre.- Si aplicásemos el método deductivo concluiríamos que en efecto ambos sufren, pero, no se podría decir que no hacen más nada que sufrir, lo que sí podríamos asegurar es que se la pasan el día pensando, en esto y en aquello, en su pena, en cualquier cosa, pero pensando.
Y al parece el pensamiento es lo único que nos queda en momentos de vacío, y lo digo yo, que hasta ahora me doy cuenta y nunca me fijé en ello. Dicen que la fe es el consuelo al dolor, que es lo que nos hace soportar las penas y tomar una actitud más optimista; y no lo niego, sólo digo que en sí no es sólo la fe, sino el pensamiento en general, algo que simplemente nos saque de la realidad sensorial, que es la que en suma nos hace sentir dolor.

Así como Rex y mi mamá están atados a sus propias cadenas, así mismo está mi ser, pero quizás sé disimularlo más.  Y no puedo evitar pensar: ¿Por qué así, por qué mi mamá? Pero eso no sirve de nada, el hecho es seguir adelante. Ya no recuerdo su voz, la que tenía, aunque sí recuerdo sus palabras; sólo hago de cuenta de que nada pasa, de que ella no tiene nada, y que, si la ayudamos a algo es sólo por razón cualquiera, menos por incapacidad.

Sin embargo, cuando canta me destroza el alma, su habla no muy clara, y su ritmo demasiado lento hace que por más alegre que la canción sea, se convierta en canción de luto. ¿Por qué de luto? Porque si digo de llanto piensan inmediatamente en cantinas y esas cosas, pero yo no me refiero a esa tristeza que los borrachos dicen sentir, me refiero a ese dolor del alma que nos da cuando algo nos angustia en demasía.
A veces me alegro de que esté ahí, y sé que va a mejorar mucho más, sin embargo no puedo evitar –más bien, negar- que el recordarla, tan altiva, tan poderosa, tan capaz, me llena de melancolía e inmediatamente pienso: “Hostia, si esto soy yo, y siento esto. ¿Qué podrá sentirá ella?”.

Pero bueno, hay también muchas cosas buenas, más que todo las que con BRQ tienen que ver, y es que ella es genial, simplemente alucinante. Al parecer me ha curado, ahora puedo mirar al cielo y no sentirme perdido, así como me sentía antes, como si las nubes me pudieran absorber, como si mi cuerpo no fuera lo suficientemente capaz de distinguir su entorno. Ahora estoy bien, ahora sé dónde está mi cuerpo, sé dónde estoy e ya no tengo miedo de perderme en las nubes, sé muy bien que por más que mire el cielo con ansiedad, me quedaré echado donde me halle recostado, y al final parece que mi existencia terrenal ha tomado sentido. O por lo menos lógica, ya mi cuerpo reconoce que un lugar ocupa.
Con lo de mi mamá me compraron celular, para estar en contacto, -que ni Java tiene el gran..., pero no importa- así que cada vez que puedo tomo fotos, aunque salgan feas. En la parte académica cada día me siento más apretado, siento como si todos ellos viniesen sobre mí, al tiempo, tanto que me queda difícil esquivarlos. Ahora me sé ubicar, tras desenvolverme en Bogotá se me hace más fácil saber dónde estoy y cómo averiguarlo, sin embargo a esta ciudad (Neiva) no le he podido seguir la pista, se me hace muy enredada, pero ese es otro tema.
 
A BRQ cada día la quiero más, fantaseo muchas cosas y, hasta anhelo las cosas que las personas normales, normalmente –valga la redundancia- anhelan; y es que lo que siento por ella va mucho más allá de mí, trasciende, y como digo, le da sentido a todo esto. Estoy comiendo más de lo normal, me dejé crecer el cabello –aunque falta poco para cortármelo-, ya no ando mucho en T!, pero en esencia soy el mismo, sólo que, un poco diferente. Espero poder hacer muchas cosas, muchas de las que quiero hacer, entre esas que tanto Rex, como mi madre, e yo también –aunque por esto no lo hago- nos libremos de las cadenas que la vida nos ha puesto. Y ahora que recuerdo, hoy -¿Anoche?- no hubo cuento para BRQ, bueno será después.

Dirán ustedes que estoy loco, que porque comencé diciendo que no soy el mismo y ahora afirmo que sí lo soy. Pero lo que pasa es que, escribiendo esto me di cuenta de eso, y quizás ustedes no lo capten de primerazo, porque para mí este texto tiene más letras, más sentimiento, y muchas más cosas de las que ustedes podrán leer de aquí. Porque este texto es mucho más, en realidad hay líneas invisibles que describen las cosas que quiero decir y que no escribo, que hablan de forma exacta sobre mi ser pero que con palabras no puedo expresar, porque todo está en mi mente, y espero que, en lo posible pueda estar también en las de ustedes. Con eso, estoy seguro que podrán encontrar esas líneas invisibles, la componente compleja de este escrito, saber lo que siento y cómo lo siento y, finalmente, exclamar: ¡Ah sí, el idiota tenía razón!

Seguiré con mi analogía de un BJT y BRQ, porque, como todos sabemos hay que evitar que entren a saturación o corte. Es decir que el BJT permanezca en la región activa por más de que se superpongan variaciones de CA a la corriente de polarización CD. Así mismo, por más dificultades que tenga con BRQ, que lo que sentimos no permita que entre -¿entremos?- en saturación o corte.

Ley 30, Ley 30, Ley 30... ¿Hasta cuándo? Calidad, claro, pero con justicia, dijo mi tonta prima un día, y ahora que lo pienso, no es tan tonta que digamos, es sabia: “¿Qué puede dar el puerco sino barro?”Si el estado no invierte en las universidades como debe ¿cómo le va a exigir que cumplan con requisitos que muy bien saben que no cumplirán? Agro-Ingreso-Seguro pero a la inversa, ¿no? Pero basta, es tiempo de elecciones, es tiempo de soportar la publicidad en las calles, es tiempo de ¿dormir?

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