sábado, 21 de enero de 2012

Desesperanza


El luto llega cuando uno menos lo espera, o aun cuando se le espera. Supongo que eso quería hacer entender TBP pero no me voy a detener en eso, espero que ustedes mismos lo hayan ya descubierto.

Mucho ha pasado desde la última vez que una entrada escribí, y en sí de que escribí algo. Me he dedicado a la vida y a las obligaciones. Sin duda me siento agotado, y supongo, con razón.

He estado trabajando en el diseño de una fuente, he estudiado los BJTs de arriba para abajo –tanto que creo ya vomitar la ecuación de la corriente de colector– y me he divertido un poco, me he quedado más ciego.

El paro sin duda ha hecho un antes y un después, y, aunque triunfamos, todos cabizbajos vamos porque sabemos muy en el fondo que perdimos. Cuando la fiebre propia del alma, en busca de su libertad, se alza, se une con las otras para formar una sola estructura, un solo alma que busca libertad para todos.
Sin embargo, pasada un poco esa fiebre, como es natural, los deseos despreciables –y no lo digo porque sean pequeños, lo digo porque son asquerosos– vuelven a cada una de las almas haciendo que la estructura se desplome de la misma forma que logró su formación: Fugazmente.

Pero quizás duele más, y más rabia, cuando se pretende que todo está perfecto y que aún aquella estructura sigue en pie. Que aun cuando a capa y espada defienden sus intereses particulares, nos hagan creer que son los del colectivo, y finalmente hacer lo que Pink hizo, hacer lo mismo que odió que hicieran.
No entraré en detalles, pero todos saben muy por dentro que el paro fue un fracaso y punto. La reforma cayó, cierto, pero al final ese cierto no será tan cierto. El gobierno jugó sus fichas, la MANE las suyas de la mejor forma que pudo, los que no jugamos bien las fichas fuimos nosotros. No sé muy bien el porqué, pero creo que tiene que ver con la fe excesiva con que pensamos en los que dirigían la resistencia en nuestras universidades.

Pero no hablaré del paro más, iba a hacerlo, pero cuando me di cuenta llevaba media hoja, una fracción inútil porque aun un solo carácter dedicado a este tema es perdido. Al final sólo me quedaré con un Pachito fascista y con un Pachito, aunque idéntico al anterior, arrepentido, anti-fascista y con frases comunistas.
Mi bisabuela murió. Mi madre me lo dijo, según ella se le apareció el alma de un amigo suyo y le dijo la verdad, y efectivamente murió. Mi abuela era una de esas damas antiguas. Campesina y humilde, pero de gran ‘corazón’ y carácter.
Aún la recuerdo diciéndome cosas sobre su esposo, sobre su suegro y sobre su mamá. Sobre su paciencia y su acople. Y aunque sí se enojaba, no expresaba la ira de esa forma tan absurda como nuestra forma de expresar la nuestra, sino de una mucho más digna.
 
 Solíamos ir hace mucho tiempo a misa los domingos cuando ella se fue a quedar una temporada en nuestra casa, para ese tiempo siempre después de salir de misa –y todo lo que eso implica: que la hostia, que la oración, que la bendición, etc. – íbamos a comer arepa con queso. Mientras tanto, ella como un CD rayado, me contaba sus anécdotas de vida, las cuales en uno 80% eran con su esposo, el único hombre que amó.

Hablaba con mucha pasión sobre él, se notaba que aun cuando llevaba mucho tiempo de muerto –murió antes de nacer yo– lo seguía admirando y seguía sintiéndose orgullosa de haber sido su compañía por años cuya cifra no diré porque no sé y no creo que en suma importe.
Años más tarde, en una reunión familiar, tediosa como siempre, la noté algo aprensiva y enajenada; con voz tierna y también aprensiva le pregunté que en qué pensaba y me respondió con una voz seca y resignada <<”Que me he quedado sola, ‘mijo’.”>> desde ese día supe que ella ya quería morir, y que en ese caso no había más nada que pudiéramos hacer.

Lo digo porque, por más de que ella fuese la estrella de las reuniones familiares, era ella precisamente la que menos intervenía en éstas; segundo, porque lo que ella quería era la compañía de su ‘viejo’ cosa que sólo a través de la muerte podría obtener, según su creencia cristiana.
Para mí ella murió ese mismo día, supongo que ella ya había muerto antes, pero yo no me había dado cuenta sino hasta ese momento. Algo similar sucede con Hamlet, si bien es cierto él ya estaba muerto antes de morir en el penúltimo acto.

Mi madre con sus experiencias paranormales confirmaba el hecho de ese encuentro de los dos abuelos, lo cual es tranquilizador, por lo menos se podría decir que tenía ‘la muerte asegurada’. Lo que duele es que haya tenido que sufrir una fractura de cadera y una convalecencia total casi dos meses para conseguirla. Pero la consiguió, y por mucho lo mejor.
Yo no lloro la muerte de mi abuela, lloro el dolor de mi madre y mi abuela –es que la que se murió es mi bisabuela, pero por costumbre nunca le puse el bis–porque por más de que sepan, entiendan, y crean en lo que digo, su dolor se manifiesta inclusive superpuesto a todos estos argumentos, lo cual es preocupante.
Cuando un sentimiento se superpone a una razón, o a la razón en sí, o no tanto a la razón, al sentido común, o bien a cualquier argumento que sea, es porque es algo que trasciende, y eso es precisamente lo que me duele abismalmente.

Espero con sinceridad que el dolor pase, pero que a pesar de eso el recuerdo quede. Hablaba con BRQ sobre eso hace mucho tiempo, la verdad es que la tendencia a olvidar a los muertos es el verdadero duelo que hay que hacer, y no el que los psicólogos dicen, el de aceptar la pérdida.

 Por otra parte he estado más cansado que nunca. Todo esto me ha llevado a reducir mis horas de sueño aún más de lo que ya las había reducido, y he estado apunto de enloquecerme. Tanto que por un momento creí que había regresado a mi infancia y mis primas seguían siendo esas niñas que, aunque groseras, eran divertidas y muy dulces conmigo, sentí que me querían. Luego, de sopetón volví a la realidad y noté que seguían siendo las harpías que son ahora, reí, aunque en sí me ego lloró.
 Y no solo eso, como aun tengo que entregar cosas, estudiar para parciales, tengo la cabeza más fragmentada que mi disco duro. Si acaso siento que soy yo cuando pienso en BRQ, y aunque sea lindo lo que siento, tanto que me hace sonreír, no evita que la extrañe demasiado. ¿Dónde está ella ahora?
Pero hasta ahí no van las cosas, se pone mucho peor, el cierre de Megaupload.com. Todas mis subidas eran por ahí, mis descargas igual, hasta BRQ lo usaba para las fotos geológicas, pero esto sólo demuestra el cambio tan drástico y ridículo que el mundo está teniendo.

Recuerdo que Félix en las reuniones del SEA siempre sacaba su espacio para concienciarnos de esto. E yo, aun creyéndole, no sentía como él que el problema ya estaba siendo catastrófico de proporciones bíblicas. Ahora sé que sí, y sé que es mucho peor.
No hay que dejar que Internet sea un títere más, de ellos ni de nadie, es libre, todo mundo es libre en la red y así debe ser para siempre. Yo trataré de mudarme a otro hosting para no dejar de compartir, y si me han de encarcelar, pues que lo hagan, ¿qué más da?

Ahora que lo pienso, toda esa joda del 2012, si es que es, va a ser por la internet, no por la economía. Hostia, ya se me está pegando la superstición de mi suegra. Lo cierto es que me declaro parte de la resistencia, soy una persona común, un estudiante, un filósofo, un loco, alguien que cree en lo justo y sabe distinguirlo muy bien, y alguien que estará ahí acompañando y dando valor a aquellos que creen en lo mismo.
Ahora que no vayan a usar eso anterior como terrorismo, porque no lo es. Lo aclaro enseguida. Terrorismo es censurar…. ¿pero qué podemos esperar de un mundo que censura hasta la película ‘resumida’ de Yu-Gi-Oh!?

DFRA me preguntó por qué se sentía enamorado de todas las mujeres de Neiva, a lo que respondí con Niebla, libro que tiene la respuesta. Luego Cindy me preguntó que por qué los hombres eran infieles, cosa que no quise responderle en el momento. Siento que la pregunta es la misma, sólo que quizás la otra lleva una componente compleja.

Cybernautas, recuerden: “Together we stand, divided we fall!”

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